Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
Jolie Jumper

Apolline y Ithaque buscando una relacion basada en el amor, la confianza, la libertad y el respeto...

Nuestra Historia

A veces simplemente hay que dejar hablar el corazon y confiar en el destino...

A veces simplemente hay que dejar hablar el corazon y confiar en el destino...

Nuestra historia

 

Recuerdo que un día me dijeron: “los polos opuestos se atraen”. Me reí. Hoy soy la primera en estar de acuerdo con ello.

 

Esta es la historia de una chica, enamorada de los caballos. No por su belleza. Ni por su altura y su nobleza. Por como la hacían sentirse tan pequeña y tan grande a la vez. Esta chica se llama Apolline. Empezó a montar a los tres años, en paseo, gracias a su madre, y así le vino aquella increíble atracción hacia los caballos. A los cinco años, empezó a montar en un centro ecuestre situado en Bélgica. Le encantaba pasear por los pasillos y ver las cabezas enormes de los caballos de salto mirándola tranquilamente. Y así pasaron tres años. Aprendió mucho. La disciplina, el control y la mente fría. Pero acabaron mudándose en el norte de Francia a cause del trabajo de sus padres. Allí encontró una pequeña hípica con unos cuantos ponis y una pasión por los caballos con “problemas”. Se enamoraba de cada caballo difícil y persistía hasta que la dejaran sacarlo. Cada caballo con problemas de comportamiento acababa entre sus manos, y esta niña era la más feliz del mundo. Mientras el relojero reparaba los relojes, Apolline reparaba los caballos.

Al volver a España unos meses después, se dio cuenta de que nunca había montado un caballo cuando al probar una hípica, la pusieron sobre el dorso de Spirit. Descubrió la adrenalina pura al saltar por primera vez y se volvió adicta. Volaba durante los concursos con cada vez caballos más jóvenes y más complicados, pero le encantaba. Hasta que hubo el accidente.

Kanela era una poni B de concurso que salía a metro con Apolline. Era extraordinario. Hasta que se cayeron sobre un doble y que la chica se dio cuenta de que los caballos no eran felices y que no eran nada más que objetos para ganar dinero. Es así que recordó todos los espectáculos de doma natural que había visto y que tanto le encantaban. Justamente después de eso, una amiga le propuso venir a probar la doma natural en su hípica y la chica empezó con algo totalmente nuevo para ella, la relación con el caballo.

Es entonces que se cumplió su sueño: sus padres le propusieron tener su propio caballo. Empezaron las listas, las paginas en Facebook, los anuncios en internet, la búsqueda del caballo perfecto… para acabar con aquel caballito tordo encerrado detrás de unas vallas verdes. No había planeado ir a verle. Aun menos probarlo. Y nunca habría imaginado que sería el quien le acompañaría toda su vida. Pero el destino es imprevisto ¿no?

Una mirada. Un suspiro. Un roce. Y sus almas coincidieron.

Ithaque, llamado Whisky, era un joven pura raza española que desconfiaba de los humanos. Montado con tan solo dos años y medio y pegado de vez en cuando por algunos alumnos, tenía miedo y era inseguro. Pero Apolline se enamoró de su alma rota. De sus defectos. De él.

El 26 de febrero 2016, Ithaque cambio de propietario y llego a su nuevo lugar. Fue mucho trabajo, paciencia y amor para que confiara. Pero supongo que el resultado valió la pena.

En el día de hoy Ithaque tiene 6 años y Apolline 14. Trabajan en el centro ecuestre Rosper, situado en una ciudad a unos treinta minutos al sur de Barcelona. Cerca de casa, Apolline puede ir a ver su alma gemela todos los días. Trabajan mucho pie a tierra, montan con collar y buscan una relación basada en el amor, la confianza, la libertad y el respeto.

A veces simplemente hay que dejar hablar el corazón y confiar en el destino…

Compartir este post
Repost0
Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post